THE WALKING DEAD | El repaso que no se ha merecido hasta ahora

SPOILERS. Intentaré ser breve. Quiero ser breve. THE WALKING DEAD nunca me entusiasmó demasiado. La primera temporada me compró sobre todo con algunas secuencias y con el capítulo final, por aquello de que aportaba algo de luz sobre qué eran los zombis. Pero sin más.

De hecho, con el comienzo de la segunda temporada se me encendieron algunas esperanzas, porque dentro de lo sosa que me resulta y de lo odiosamente heroicos que son algunos personajes, como episodio de serie no estuvo mal... Y ya si te marcas un episodio de final de "mid-season" como el de esta semana, con esos 15 últimos minutos de tensión acumulada que explota en lo que probablemente haya sido lo mejor de esta serie, pues uno hasta se plantea seguir viéndola. Si total, tampoco es que estorbe verla... 

Sin embargo... No. No cuela. Disfruté mucho el episodio, hasta sentí cosas (algo que veía imposible con esta serie, que veía por automatismo). El corazón en un puño. Explosión de tensiones. Un final que no imaginábamos y que nos dejó con el culo torcido como a los personajes. Toda la calma coñazo que nos han ofrecido en esta temporada, adquiere sentido de repente, y todo de la mano de Shane, que se le ha ido la pinza y de qué manera. Pero no, algunos colegas en Twitter también me han abierto los ojos, y en los blogs sólo se oye lo que es evidente: un episodio bueno no justifica la mediocridad de una serie. 

THE WALKING DEAD es un engaño, es aburrida, no es tan buena como parece, y por mucho que lo intenten, no tiene profundidad alguna. "Es una serie en la que lo importante son los personajes, no los zombis". No, lo siento, me niego. Ese argumento sólo lo usaré para LOST, porque realmente tenía tramas de personajes interesantes que te hacían olvidarte en muchas ocasiones del resto de misterios que 

subyacían. Y sobre todo, este argumento aquí no me vale, porque, frente a aquellos detractores que le echan en cara que no haya zombis atacando continuamente, yo insisto en que ni siquiera los personajes son interesantes, salgan zombis o no. Y al final, los "walkers" son lo más interesante precisamente porque los personajes ya no hablan, sólo dicen chorradas que equivalen a los gruñidos.

Total, que el comienzo me hizo darle una oportunidad: Sophia se pierde, tienen que encontrarla, y además  Carl, el hijo de Rick, recibe un balazo de un cazador cuando se recrea en esa "señal divina" en forma de ciervo. Balazo merecido por ser tan sumamente cursis... Golpe efectivo, eso sí, que nos dejó a todos atónitos. Lo que nadie nos dijo es que debíamos guardar bien en la memoria ese impacto, porque no lo íbamos a volver a ver hasta el final del séptimo episodio, el que ha puesto fin a la primera mitad de la temporada (la otra vendrá el 12 de febrero, na y menos). Del primer capítulo también destacaría las conversaciones con Dios, con ese crucifijo que tiene colgado al primer zombie de toda la historia de la humanidad. Un auténtico pionero, como bien se encargó de recalcar Nacho Vigalondo en su Twitter.

Granja de Hershel. Nuevos personajes. Carl lo pasa muy mal pero se cura. Shane se rapa el pelo (menos mal que se encargan de recordarnos con estos detalles que hay series enormes como "Breaking Bad"). Y además de raparse, Shane (puñetazo en la boca por las caras que pone y por el acento chulesco mierdero que tiene) provoca uno de los primeros giros de guión (ultra predecible hasta decir basta) dejando atrás al tal Otis para conseguir las medicinas que salven a Carl, y empezando así a acumular secretos, que no llevan más que a conflictos, internos y externos. El único que desconfía de Shane es el viejo Dale, que no nació ayer precisamente. Los momentos de tensión entre Dale y Shane en los dos últimos episodios han sido también de lo más destacado (quién no se planteó en "Pretty Much Dead Already" que Dale acabaría ahogado en el fango a manos de un Shane obsesionado con las armas...). Y además de todo eso, un granero oculto lleno de zombies, que para Hershel son "familia enferma".

Lo del embarazo de Lori, que no sabemos si es de Rick o de Shane, es un coñazo, y encima pone en peligro a Glenn, que a su vez se enamora de la mona de Maggie. Otro punto a favor de esta temporada: tensión sexual resuelta, ou yeah! No sólo en el caso de Glenn y Maggie, también en el caso de la estúpida e inaguantable Andrea, que después de liberar tensión disparando, no tiene otra cosa mejor que hacer que follarse a Shane en el coche. Pues oye, divinamente. Y es que claro, cuando pasamos tanto miedo y tanta tensión, y de repente nos relajamos, la sangre va donde va, y tiene que salir por algún sitio. Y la granja de Hershel ha sido un descanso y casi una esperanza de vida estable para estos nómadas. Sin embargo, visto lo visto en el último episodio, no sé qué nos da que el viejo Hershel ha agotado los cupos de paciencia y largará pronto a sus invitados...

Por último el rollo de Sophia, que ya era como: venga, hombre, iros a tomar por el culo. Tú, la niña de los cojones, y Daryll "Ballestitas", que aunque es el más interesante y se ha reblandecido con la búsqueda de la niña, encontrando así un cierto sentido a su labor en el grupo; ya era cansino. Él, y sobre todo, la madre. Señora, entendemos por lo que está pasando, pero es usté pesada y provoca situaciones incómodas... Punto a favor, por otra parte, si la serie consigue que empaticemos con las emociones del grupo.

Y lo que queda de todo esto es, como decía al principio, que THE WALKING DEAD de repente nos regala 15 minutos finales bastante magistrales (en lo visual y en lo emocional), y merecedores de (mínimo) una palmadita en la espalda. Un "zas, en toda la boca" monumental cuando vemos que aún falta un zombie por salir del granero. Un zombie de piernas delgadas y con zapatillas de deporte. Sophia se tapa su cara mordida y ensangretada ante la luz del sol, y mira alrededor, y empieza a gruñir. Esas "personas" que ya no lo eran y que por eso han sido víctimas de las armas de un grupo inseguro y acojonado, con ganas de violencia y de tocar los cojones, yacen en el suelo amontonadas. Entra la música (por fin el tal Bear McCreary hace algo). Y el corazón que teníamos en un puño se nos hace polvo, mientras sonreímos porque nos gusta este giro de guión, y porque por fin podemos descansar del tema de la niña... Sólo Rick, el mismo que "perdió" a la niña, el americano sureño que lo puede todo y que lo pasa muy mal por hacerse el héroe y no puede permitirse un sólo fallo puesto que acabaría con el liderazgo que carga sobre sus bienintencionados hombros y que (¡eh!) él no ha pedido nunca, se adelanta para, de un disparo, acabar con la sensación de hipocresía, cinismo y paradoja que llena el ambiente tras el tiroteo. Al fin y al cabo, Sophia tampoco es una "persona", y debe morir como el resto. 

Y al día siguiente te levantas con una frase en la boca: coño, ya lo pillo, si es que tenían que asegurar la audiencia para la segunda mitad en febrero... Hasta el año que viene, hijos de la mediocridad.