'The New Normal' es una de las nuevas apuestas cómicas de la NBC para este otoño. De las novedades que nos esperan sólo me convencían tres o cuatro series, a las que iré dando sus respectivas oportunidades, y ésta era una de ellas. Ryan Murphy ofrece un piloto correcto y simpático sin ninguna pretensión de convertirse en algo grande, y vuelve a hacer evidentes sus marcas de la casa con esos zooms y cámara inestable, personajes caricaturescos, ternura facilona, gags referenciales, y colorido kitsch. Todo muy 'estallado' en la cara del espectador, como le gusta a él. Si disfrutas con todo esto, entonces 'The New Normal' no te estorbará en tu parrilla semanal. De momento.
Posibles SPOILERS. La NBC ha preestrenado el episodio piloto, como ya hizo con 'Go On', lo nuevo de Matthew Perry, de la misma cadena, que gozó de buena audiencia tras aprovechar el tirón de los Juegos Olímpicos. Pero el segundo episodio no llega hasta el lanzamiento oficial el 11 de septiembre, día en que ambas series continuarán su emisión.
A estas alturas, Ryan Murphy ('American Horror Story', 'Nip/Tuck', 'Glee') sabe rodearse de gente con la que ya ha trabajado y les reúne en su nuevo producto para dar lo mejor de sí. Por ejemplo podemos ver a Nene Leaks, personaje televisivo sacado del reality 'The Real Housewives of Atlanta' y ahora actriz, con la que ya cuenta en 'Glee' desde su tercera temporada interpretando a Roz Washington, entrenadora de natación sincronizada en el McKinley High. También podemos ver a Michael Hitchcock que normalmente está dentro de la pantalla (en 'United States of Tara' hacía de vecino gay) pero forma parte del equipo de guionistas de 'Glee'. E incluso Gwyneth Paltrow, que en la segunda temporada de 'Glee' también hizo su colaboración como profe enrollada en varios episodios, y aquí hace un breve cameo cortesía del colegueo que se profesan ella y Murphy.
Los claros protagonistas son David y Bryan (Justin Bartha y Andrew Rannells), que principal y básicamente quieren formar una familia. En su búsqueda de una madre de alquiler encuentran (aparte de a alguien que se parece a Gwyneth Paltrow) a Goldie (Georgia King), una madre soltera y joven que vive con la presión de una madre conservadora y controladora (Ellen Barkin nos podría dar algunos buenos momentos, aunque su personaje lo hemos visto mil veces), con los recientes cuernos de su novio y con el sueño de convertirse en una abogada a lo Julianna Margullis en 'The Good Wife' (mención literal y uno de los gags que más gracia me ha hecho, junto con el de Simon & Garfunkel). La niña que interpreta a la hija de Goldie (ya sabemos lo que a veces pasa con los niños actores) no lo hace nada mal.
Quizá lo que se le pueda reprochar, por una cuestión lógica, es que sea una serie 'demasiado gay', aunque en realidad no termina de ser algo reprochable, puesto que la temática de la serie es pretendidamente gay. Así, a lo mejor los continuos gags de lo que se supone que es 'cultura gay' (reducida a los musicales, las celebrities, la moda y la sensibilidad exacerbada) puede resultar cansina, seas público gay o no, si te cansan los excesos en este aspecto. En este sentido también puede haber quien piense que la serie es algo panfletaria, pero eso se lo dejamos a los paranoicos que ven lobbys por todas partes. De hecho hace poco se informaba de que en algunos estados del sur de EEUU se ha prohibido su emisión por contener escenas explícitas y personajes y lenguaje ofensivos (los gags a costa del partido republicano y el conservadurismo de algunas zonas sureñas son muy socorridos en el primer episodio, quizá eso ha influido).
Panfletaria es en su terreno, igual que 'The Newsroom' o 'Glee' lo es en el suyo, o 'Raising Hope', en menor medida, en el suyo propio. La comparación (exagerada) viene a cuento de que si una historia se basa en buscar defender con uñas y dientes la historia que cuenta (en este caso, un modelo de familia distinto al tradicional), al final siempre tiene algo de panfletario, ya defiendas el periodismo objetivo, los adolescentes poco convencionales o los valores de vivir en una familia extravagante y pobre. En el fondo se busca contar historias diferentes. Y lo diferente está muy de moda, es un hecho. Si con ello puedes aportar algo a la sociedad, date ya con un canto en los dientes.
El resultado de toda esta mezcla es la premisa de la que parte la serie: una pareja gay y su relación con Goldie, su hija y su madre homófoba. Un plantel del que pueden surgir situaciones divertidas o tremendamente cansinas. Conociendo el peligro de flojear que corren este tipo de series, tanto por temática como por formato, será interesante ver por dónde camina a lo largo de sus episodios restantes en este nuevo año de estrenos poco interesantes.
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