domingo, 1 de abril de 2012

FRINGE | O cómo reciclar tu primera temporada con estilo


Como fanático friki de una serie como FRINGE, el capítulo de esta semana y en general el tono que está tomando esta cuarta temporada, hace muy necesario y merecido hablar de ella. Eso sí, aviso a navegantes, esta entrada contiene muchos SPOILERS, y no seré yo quien os estropee la oportunidad de disfrutar de la ciencia ficción. FRINGE huele a cierre monumental, y queremos analizar lo que nos están planteando sus showrunners, que arriesgadamente están tirando de mitología de la serie y aspectos de las primeras temporadas. Casi prefiero hacer un repaso cada tanto tiempo, y no reviews semanales, aprovechando que la serie correspondiente me haya motivado a escribir sobre ella. En este caso, esta motivación ha venido de la mano del episodio 16 de la cuarta de FRINGE.

"Nothing As It Seems" empieza bien: que un capítulo de una serie se remonte en el "previously" a su primera temporada y seguidamente al empezar el episodio presencies exactamente la misma secuencia es un orgasmo de complicidad que merece la pena experimentar. Y hasta ahora yo sólo lo he podido experimentar con 'Lost' (comparaciones aparte), cuando en el primero de la sexta temporada veíamos de nuevo la secuencia del Oceanic 815 previa a un accidente que, en esa nueva "realidad", no iba a ocurrir. Algo parecido ha tenido lugar en este capítulo de FRINGE, en el que nos remontamos también a un avión (un nuevo regusto de complicidad para los "losties" nostálgicos...), el VertusAir 718, donde un hombre se levanta para ir al baño porque le sangra la nariz. Plano a plano, la secuencia se repite como en el episodio "The Transformation" (el 13 de la primera temporada), pero como en FRINGE no hay nada aleatorio, por supuesto sabes que no es una equivocación, o anticipas muy confiado que esta ida de pinza va a tener buen resultado, ese "verás tú la que van a liar estos". Efectivamente, de repente la secuencia cambia, y si en la anterior versión el vuelo se estrellaba caóticamente, aquí nuestro amigo "enfermo" en el baño no se convierte en ese horrible monstruo hasta que el avión aterriza. La historia es la misma, pero posee algunas diferencias en esta dimensión exenta de la influencia de Peter Bishop. 




Diferencias que, aparte del espectador, sólo sabe percibir él (además de Olivia, que con esto de que está volviendo a ser la Olivia original, para alivio de todos, ya recuerda lo mismo que su pareja). No quiero extenderme en el repaso del episodio: el caso se resuelve, aunque deja un final abierto; Olivia es puesta en duda en la agencia debido a su particular pérdida de memoria, y Walter está en su salsa porque ve que en el laboratorio se ha vuelto a forjar una pequeña familia, excluyendo al bueno de Lincoln que ahora es quien se podría plantear volver a otra línea temporal donde le valoren mejor... 

El retorno deliberado de FRINGE a sus orígenes no es sólo anecdótico por el caso Fringe que investigan esta semana, sino también porque las piezas están como encajándose poco a poco en un puzzle que en principio no sabíamos por dónde iba a salir. Si fue una lástima perder al final de la tercera la relación que Walter se curró con su no-hijo Peter, y la que éste desarrolló con Olivia, en esta cuarta por fin estamos viendo de nuevo esa complicidad que tanto echábamos de menos entre los personajes, no sin que esta vez todo ocurra de distinta forma. De lo que no cabe duda es de que Peter Bishop es una variable importante en la historia, y estamos convencidos de que su existencia es cada vez más necesaria para Walter y Olivia. 

Del mismo modo que ese círculo particular se está cerrando, el círculo general de la serie está haciendo lo propio, sobre todo teniendo en cuenta que quizá no haya una quinta temporada. Así, los guionistas nos están llevando poco a poco de vuelta a los casos de la primera temporada, además de indagar aún más en la mitología y símbolos de la serie, y lo están haciendo a través de dos vías: la primera es David Robert Jones y toda su trama, similar a la de la primera temporada, pero con las diferencias de una dimensión en la que Peter Bishop no ha existido. La segunda sería recurrir de nuevo al famoso "The Pattern", ese patrón de eventos sin conexión aparente pero que confluyen en algo o en alguien. Esta historia, por suerte para todos, se dejó de lado a principios de la segunda temporada, cuando comenzamos a aprender aquello de los multiversos y de que "there's more than one in everything". 



Con el final de "Nothing As It Seems" (gran canción de Pearl Jam, a todo esto), ésa es la respuesta que se me ha ocurrido a mí: la vuelta al Patrón. Ese barco, ese "freighter" lleno de criaturas que ya son conocidas: el pulpo-babosa de "Snakehead" (2x09), la bestia mixta con cola de serpiente de cascabel en "Unleashed" (1x16), y una vez más los puercoespines de "The Transformation" (1x13). Si se quedará en una explicación consoladora de los eventos de la primera temporada y volveremos a otra cosa en el siguiente episodio, o si continuarán la temporada por ahí (que tiene pinta) habrá que esperar para comprobarlo. Tampoco sabemos si detrás de ello está David Robert Jones, o Massive Dynamics o esa secta de los "Renacidos" con sus tatuajes cuneiformes, o todos al mismo tiempo, pero lo cierto es que estas tres posibilidades guardan en común la misma ambición por comenzar una nueva generación humana re-evolucionada genéticamente. Uno hasta se plantea (con dos cojones) si quizá esto no derive en un futuro lleno de "Observers", ya que al fin y al cabo, como nos dejaron claro en el anterior capítulo, no son más que la versión futura de nuestra humanidad. 



Confianza. Es lo único que he aprendido a tener con una serie como FRINGE, que en cada temporada se ha reinventado y ha conseguido mantener el tipo. Lo cierto es que, en caso de que quieran cerrar la serie volviendo a la trama del Parón que dejaron abandonada, me parecería un acierto a pesar de todo, puesto que sólo les quedaría ese aspecto para clausurar la historia de una forma redonda, sin cabos sueltos, y sería una buena manera de conectarlo con el resto de conflictos contextuales de las otras temporadas (multiversos y saltos en el tiempo). Veremos cómo lo hacen. Yo confío. 

Es de justicia mencionar que esta cuarta temporada no está siendo la mejor, ni de lejos, y en concreto, esta vuelta al Patrón y a todo lo que llenaba la primera temporada no me convence del todo. A pesar de ello, este giro salva-culos se deja de lado cuando sonríes con complicidad al ver tantas autoreferencias, y otros guiños que, sin compararlo directamente, tienen ese tufillo a LOST (Adán y Eva, los aviones, la música, los misterios, la ciencia-ficción, la mitología, dimensiones paralelas, las multinacionales experimentales...). Quizá parezco excesivamente insistente en buscar similitudes, pero se trata más bien de que las encuentro y no puedo evitar compartirlas. Para qué os voy a engañar, a mí siempre me ha gustado pensar que LOST y FRINGE están conectadas internamente... Al fin y al cabo, seguro que la Isla no es otra cosa que un evento Fringe sin resolver. Pero de eso podemos hablar mejor otro día.




[Publicado originalmente en Goles&Palomitas]

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