lunes, 3 de septiembre de 2012

BREAKING BAD | La poesía es la clave


(Spoilers) Heisenberg no es perfecto. Eso estaba claro desde que empezó esta quinta temporada. Heisenberg no es perfecto por muy convencido que él esté de que lo es. Por muy retorcido y calculador que sea con los detalles más tontos. Por muy bien que le hayan ido saliendo los planes. Al final da igual cuántas veces cambies de escondite el cigarrillo con ricino por tu casa. A la hora de la verdad, y bien nos lo han estado demostrado a gritos durante todo el episodio con esa realización que tampoco ha dejado ni un solo detalle al azar, digna de la más orgásmica admiración; al final, la poesía es la clave.
What am I after all but a child, pleas'd with the sound of my own name? Repeating it over and over; I stand apart to hear--it never tires me. To you your name also; Did you think there was nothing but two or three pronunciations in the sound of your name?
Walt Whitman. Eso es lo que he escrito en Google al terminar el capítulo, y me he sorprendido leyendo este poema breve pero muy adecuado para nuestro particular W.W. "Say my name", decía Walter en el episodio anterior, con un empacho de Heisenberg difícil de digerir incluso para el mismísimo Tony Montana (desconcertante la mención en la temporada al final de 'Scarface'). Error mío no haber googleado al autor antes de ver el episodio, porque en el título estaba la clave, ya que 'Gliding Over All' es otro poema de Whitman. "Many deaths I'll sing", dice al final... Muy mosca se habrá quedado más de uno cuando al principio se ha vislumbrado unos segundos delante de la ducha el libro que a partir de ahora arrastrará la misma tensión que las palabras 'lily of the valley'. Me gusta pensar, ahora que mucho se reduce al libro del poeta que en su día Gale le regaló a su maestro, que de alguna forma nos estaban preparando. No sé si es así, pero me gusta pensarlo. Igual que me gusta pensar que cuando Walter se reúne con Lydia, preparado incluso para matarla con el ricino, no ha evitado sentir una cierta tensión sexual hacia ella mientras escribía...



Como siempre en 'Breaking Bad', se recoge lo que se siembra, y la cosecha no ha hecho más que empezar. El título del libro no puede ser más adecuado, 'Leaves Of Grass'. Si en la serie de Vince Gilligan los detalles son los que más gritan a voces, la literatura ya ha pasado a ser uno de ellos (ya lo hizo en la tercera temporada con la alusión al poeta que ahora vuelve al punto de mira). ¿Y qué me decís de 'El señor de las moscas', de William Golding? En esta temporada se ha hablado mucho de moscas, de liderazgo. En este episodio hasta de un monstruo. Si nos ponemos 'literatos', podríamos empezar a sacar analogías con la obra, o simplemente con las moscas, con el insecto como tal, que no dista mucho de lo que ahora es Walter White.



'Breaking Bad' siempre me ha llamado la atención, sobre todo, por su cuidada realización. Siempre original, funcional y reveladora. A partir de hoy podemos decir que poética. Los colores, los encuadres y el montaje en 'Gliding Over All' han sido la guinda de este pastel formal, con las dos secuencias magníficas del desarrollo del negocio al otro lado del Atlántico (el plano aéreo con las casas cubiertas por la lona de 'Vámonos Pest' ha sido grande) y de la limpieza de incordios en la prisión (molestas moscas detrás de la oreja, al fin y al cabo). La tensión de infarto nos la dejaron para capítulos como 'Dead Freight', que se ha convertido en el episodio más icónicamente western de toda la serie, con robo a un tren incluido, y eso que este género está presente desde hace mucho. Si entonces el montaje fue un alarde de ritmo, este último episodio actúa como un epílogo que, lejos de querer provocar tensión, pretende colocar con minuciosidad las fichas en su lugar y apretar el acelerador de esta carrera que, me da a mí en la nariz, va a correrse con mucho cuidado. Especialmente por parte de Hank, quien literalmente se ha cagado con la revelación que ha salvado su sentido de vida (eso sí que es poesía, escatológica pero poesía al fin y al cabo). Porque para Hank desmantelar a Heisenberg se ha convertido en su esperanza de vida, en su personal lucha diaria, también en su máxima frustración. El verano pasado se nos quedó grabada la cara a medias de Gus Fring. Esta vez se nos queda en la retina la de Hank. Funde a negro, y aplauso ovacional.



Tengo que hacer mención a algo que ha dicho @jlamotta23 en su análisis del último episodio, que habla de cómo ha sido el orgullo lo que ha delatado a Walter. En la cuarta temporada Walt ya animó al agente de la DEA a seguir investigando cuando, tocado por el vino y henchido de orgullo, proclamó que ese tal Heisenberg quizá resultaba que era realmente bueno. Y así otras tantas veces. El orgullo que creíamos que no tendría un límite en esta temporada ha terminado desencandenando la recta final de la serie. Todo por no esconder con el mismo recelo que el ricino algo tan simple como un libro. Claro que, esa dedicatoria llena de admiración es una de las muchas cosas que llenan de satisfacción a alguien como Heisenberg.




No nos podemos olvidar de Skyler y Jesse. "Vámonos". "I wish". A ese momentazo del séptimo episodio le faltó eso de 'este puede ser el inicio de una gran amistad'. Preveo relevancia en la temporada final en torno a este atisbo de relación entre estas dos grandes víctimas de Heisenberg. La diferencia entre Skyler y Jesse está en que ella ya está de vuelta con su marido, ya no hay secretos que descubrir, ya todo es cinismo puro y duro entre ellos, la tuerca ha sobrepasado los límites y no da más de sí. En cambio, Jesse aún está apretando, con una tensión que le lleva a recibir a Heisenberg con la pistola en la mano y mucho miedo (incluso ha vuelto a drogarse, aunque sea  un poco). Duele ver a Jesse sufrir así, pero en su caso la tuerca no está suelta porque los secretos que le guarda Walter son lo que la mantiene ahí. El momento (estemos seguros de que llegará como ha llegado la revelación de Hank) en que la muerte de Jane y de Mike (grandísimo personaje, odiosa su muerte, necesario su adiós), las mentiras sobre Brock, el ricino y el lirio del valle salgan finalmente a la luz, la tuerca va a girar al rojo vivo, las tornas se cambiarán. Y Jesse encontrará la paz. Porque me niego a que Jesse no encuentre la paz en vida. La merece como el que más.




Para terminar, destacar de nuevo el manejo de los colores. Siempre presentes en 'Breaking Bad', aquellos que seguimos la serie sabemos que el verde es su color de identidad, pero hemos visto cambiar mucho las tonalidades en cada uno de los personajes y situaciones hasta hoy. Los amigos de TV Spoiler Alert se marcaron un estudio sinestésico en torno al tratamiento del color en la serie que merece la pena leer. De ellos me he acordado al iniciarse la secuencia de Walter en casa de Hank y Marie. El color lila, los tonos violetas y azules, son tan descarados que necesito creer que, como el propio color indica, en estos dos personajes hay una salida, una esperanza, un algo. No sé si negativo o positivo, pero sí clave. O quizá es simplemente el color identificativo de los Schrader y ya...









En mi opinión esta quinta temporada ha aguantado muy bien la presión de volver de unas tercera y cuarta temporadas intensísismas y casi perfectas en su concepción, y esto era lo que mejor tenía que hacer. Obviamente no ha superado el nivel de aquéllas, pero el resultado ha sido más que satisfactorio, intenso y correcto. Quizá le echaría en cara a este último episodio que se haya acelerado convenientemente en algunos tramos, de manera que la decisión de Walter de abandonar el negocio para volver a centrarse en su familia haya terminado siendo menos creíble de lo que debería, sobre todo después de su cabezonería por ser el mejor en lo suyo hasta ahora. De hecho, los dos montajes secuenciales, a pesar de estar justificados por su brillantez, han tenido un punto de forzados, precisamente por ser necesarios para poner punto y aparte a este primer tramo del final.

En cualquier caso, la transición de unos tres meses de exitoso negocio internacional (como recalca Marie al hablar con Skyler tras el montaje con el tema 'Crystal Blue Persuasion') y la montaña de dinero que su mujer le enseña, de algún modo justifican que Walter sea consciente de que ya puede dejarlo. Aun así, no estemos tan seguros de que el orgullo no haga otra vez aparición en la recta final. No termina de ser incoherente la decisión porque en el fondo no nos fiamos del todo de Walter, al igual que no nos fiamos nada de esa aparente felicidad familiar junto a la piscina que goza de la misma inestabilidad que Flynn paseando a su hermana alrededor del agua (con razón, como demuestran segundos después). Quizá lo que presenciemos el verano que viene sea el proceso de decadencia en el que, una vez habiendo descendido a los infiernos del orgullo, el poder y la prepotencia, Heisenberg tendrá que pasar sus últimos días de vida. El control que ha tenido Walter sobre su negocio y sobre los que le rodean se queda a la altura del betún cuando los elementos más insignificantes del universo deciden actuar azarosamente hacia un lado u otro. La falta de humildad para reconocer ese enemigo, el más letal de todos, va a ser su condena.





2 comentarios:

  1. Gran análisis! Pero la salida de Walter yo me la creo, no sólo por el dinero acumulado y la insistencia de Skyler, sino por el regreso el evidente regreso del cáncer

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  2. Hey! Me encanta BB!!! En honor al comienzo de su recta final aquí os dejo mi visión sobre la serie:

    http://seriesanatomy.blogspot.com.es/2013/08/breaking-worse.html

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