viernes, 8 de junio de 2012

MAD MEN | ¿Quién conoce a Don Draper?

La quinta temporada de esta joya televisiva que es MAD MEN está a punto de llegar a término. Lo está haciendo a través de una recta final muy amarga, muy cruda, muy crítica, tremendamente intensa en lo sutil, como siempre, y recuperando a un Don Draper que ha estado como ausente, que sigue siendo una incógnita aparentemente imposible de resolver, aparentemente inaccesible.

Don Draper me impone como personaje. Vértigo me da lanzarme siquiera a opinar sobre él, tan complejo y a la vez tan previsible, tan a la defensiva incluso con sus espectadores. Hasta en los momentos en que nos hace cómplices de su intimidad parece que se muestra reacio a que le conozcamos del todo, y sin embargo poco a poco lo vamos haciendo. Así que, con timidez, pido permiso a la secretaria para adentrarme de puntillas en una pequeña parte de su inaccesible mundo. Y es que, ¿quién conoce realmente a Don Draper?

SPOILERS. No quiero dar impresión de pretencioso, porque quizá de hecho hay gente para la que el protagonista de MAD MEN ya no es ninguna incógnita. Sin embargo creo que el punto de Don Draper está precisamente en que es un poco caprichoso, nadie parece conocerle del todo, y los espectadores, por ende, tampoco. Siempre hay algún recoveco que nadie conoce y Don se aferrará a él como sea si se ve amenazado desde fuera. Según hemos sabido, curiosamente con Megan no parece guardar secretos, así que uno se pregunta a qué recurrirá ahora si en algún momento necesita rescatarse de caer nuevamente al vacío.


En el fondo, Don Draper es un niño asustado, con un miedo terrible a la soledad, y a mostrarse vulnerable, cuando en realidad es en la soledad donde él siente, a su pesar, que es realmente auténtico. No digo 'sabe', digo 'siente'. La quinta temporada está teniendo una evolución tremenda. Tras 'The Other Woman' y este capítulo 12 'Comissions and fees', me atrevería a sacar la conclusión de que Don necesita del miedo, necesita de la sensación de culpa, necesita la carga de un secreto, para sentirse seguro. La carga que le supone el suicidio de Lane Pryce (aún se me hace un nudo en la garganta al pensar en ello) va a ser precisamente lo que le falta para que su nuevo mundo feliz creado sobre un hilo en torno a Megan empiece a desestabilizarse realmente. En el vértigo que le provoca asomarse a lo que puede ser una situación que escape a su control, en el vértigo de un hueco de ascensor, será donde encuentre otra vez su seguridad, su escudo, su motivación para dejar de ser un cuarentón mediocre y volver a decantarse por el buen hacer en su trabajo; a costa, eso sí, de su estabilidad personal. Hay muchos tipos de felicidad, y por muy contradictorio y deprimente que resulte, esa es la de Don Draper.

Desde el final de la cuarta temporada y el doble capítulo inicial de esta quinta nos han dejado muy claro que Don no pertenece a ese estilo de vida del que presume, por mucho que se empeñe en ahogar sus verdaderos impulsos y ocultarlos debajo de la cama. Cuando Don nos dio ese rato tan amargo y tan enorme sincerándose visceralmente con Betty sobre su verdadera identidad, su mundo dio un giro brutal, y nuestra percepción de él también. Se hizo vulnerable, y eso es lo que más miedo le dio. Y efectivamente le fue pasando factura. Pero volvieron nuevas formas de presión, nuevas turbulencias, porque sin ellas no hay Don Draper. Empezando por ese romance con Faye, a mi parecer el mejor de los que ha tenido Don, pero la excesiva seguridad y audodependencia de la psicóloga le vino grande. También está el empezar de cero con la empresa, o el enfrentarse a mediocres y otros Campbells de la vida. Ha tenido una inestabilidad alrededor que le mantenía a flote, en forma. Hasta que la presión aflojó de nuevo. Cuando conoció a Megan, Don Draper se cansó de agitar los brazos, eligió lo fácil, y empezó a dejarse llevar por la marea, para finalmente comenzar a hundirse.



A lo largo de estos últimos 13 capítulos hemos asistido a una época de transición en Don. Mientras él quedaba relegado a un segundo plano, veíamos destacar a otros a su alrededor, especialmente Peggy. Peggy a su vez se veía amenazada por Ginsberg, el nuevo creativo, y por su inseguridad en la relación con su novio. Ironías de la vida, es cuando Peggy decide marcharse que Don Draper empieza a ascender otra vez, a espabilarse. La influencia que ejercen las mujeres en la vida de Don es también obvia e innegable, y cada una lo hace a su manera. Betty con sus caprichos, Faye con su fuerte personalidad, Joan con su amistad, Megan con su aparente perfección juvenil, Peggy como su igual. Con ella comparte un secreto gordo (el de su embarazo), y esa carga en el fondo les mantiene más unidos, además de su sacrificio y pasión por su trabajo. Peggy ha aprendido de Don, y Don es quien ahora se rinde ante ella, pero en el fondo están a la misma altura, tienen los mismos miedos, y se mueven en la inestabilidad como peces en el agua. La diferencia quizá está en que Peggy, por la edad, lo está descubriendo ahora.



¿Se quedará Don Draper atrás frente a la avalancha de nuevas formas de publicidad empujadas por jóvenes talentos en busca de su lugar en el mundo laboral? ¿Supondrá la carga de culpabilidad que nuevamente arrastra un punto de inflexión nuevo en su vida? ¿Dará una vuelta de tuerca a la dinámica de su empresa, estancada en un bienestar mediocre que podría llegar a ser otra vez un auténtico éxito? ¿Qué pasará con su relación con Megan, que parece condenada a un estrepitoso fracaso pero que no llega nunca a pegarse el golpe? 

En fin, divagaciones simplonas sobre un todo lleno de matices que se sienten más que se dicen. Más allá de lo que le convenga como personaje, quizá sea a nosotros a los que nos gusta ver a Don inestable, porque es cuando funciona, cuando es realmente interesante. Aún falta ver el final de esta etapa y otras tantas que nos esperan. Mientras tengamos MAD MEN, tendremos Don Draper, y mientras tengamos Don Draper, tendremos tiempo para conocerle mejor, a él y a sus límites. 

5 comentarios:

  1. Me ha faltado un "EL PUTO VICENT"

    La foto del beso en la mano, muy El Padrino, no?

    Me gusta el nuevo look

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  2. me encanto tu analisis, lleno de matices y muy cierto...da gusto leer cronicas asi

    gracias

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    1. Gracias a ti! :) Y el mérito es de MAD MEN, que es el único capaz de dar a la vez todos esos matices (tan a la vez que abruma...) y que con palabras no se pueden analizar.

      Ha sido una temporada enorme.

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  3. Fantástico análisis. Enhorabuena. Siempre he pensado que Don es un hombre que guarda miedo, mucho miedo, en su interior. Es un personaje trágico, complejo y absorbente como pocos. Espero seguir leyéndote!

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  4. Me ha encantado, Javi. Lectura que ha avivado -todavía más- mis ganas de Mad Men, mis ganas de Don, mis ganas de Peggy, y mis ganas del sarao de esta noche ;)

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